Vivimos en una sociedad donde se da por hecho un avance grandísimo respecto a la de hace un siglo, poseemos avanzada tecnología y mayores desigualdades sociales pero, ¿ha sido así en todos los ámbitos?
El esquema por el que se regía la educación en la sociedad industrial, mucho menos globalizada y con acceso a la información reducido, era prácticamente el mismo: temas exclusivamente teóricos, horarios estrictamente definidos y amplios exámenes donde se debe mostrar lo mucho que se sabe de un tema concreto. Este hecho nos lleva a la gran pregunta de la educación actual en España, ¿se ha mantenido porque es la forma más correcta y eficiente, o porque es la más fácil de poner en práctica?
Para responder a la anterior pregunta debemos buscar experimentos de una nueva educación, intuitiva, que fomente el pensamiento crítico, clases menos masificadas, es decir, grupos más reducidos, la independencia de factores exteriores, y que no se base en forzar al alumno a aprender diversos temas, sino en hacer que se interese por ellos.
Esta educación es la que se practica en los países nórdicos, tales como Noruega o Finlandia, y no deja a nadie indiferente, el rendimiento de sus alumnos es muy superior al de otros países europeos, como España, que se encuentra a la cola de estos estudios rutinarios. ¿Es casualidad que España se encuentre en un puesto tan bajo? No, su sistema educativo es radicalmente opuesto. Sería necesario un camobio, pero actualmente no es posible, una población tan amplia como la de España no se puede comparar con paises tan poco poblados y tan ricos como Finlandia o Noruega.
España en la actualidad no está en condiciones de reestructurar todo su sistema educativo, pero los cambios terminarán llegando, y su eficacia se plasmará de forma muy clara.
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