La
libertad es el objetivo de todo ser humano que se encuentra privado de sus
derechos, por eso las personas tienden a luchar por conseguir un futuro libre,
librarse de la opresión y escapar de la esclavitud.
Todos
los seres humanos nacen con una serie de derechos, mas no tienen por qué ser
libres. Por ejemplo, aunque actualmente en el mundo hay una serie de países en
los que se da la esclavitud de humanos, lo que más abunda en el mundo es la
esclavitud de la conciencia.
Muchos seres humanos son oprimidos en mayor o menor medida por regímenes
absolutistas que poseen el monopolio de las industrias, aunque evidentemente,
ejercen su poder de una forma sutil, de manera de que su culpabilidad sea
cuestionable.
Por
todo ello, el “pueblo llano” debe luchar para que sus derechos prevalezcan ante
las decisiones de unos pocos mandatarios u organizaciones que ostentan el
poder.
No
me refiero a una lucha física, con violencia real, sino más bien una lucha de
intelectos, donde el mundo se conciencie de que por que unos pocos tengan el
poder, no significa que lo harán lo mejor posible, y que es el pueblo el que
debe velar por sus propios intereses.
Y una vez hayan conseguido el control de sus vidas, reorganizar el sistema de una forma más prudente, sin escalones sociales ni poder absoluto, ni tan siquiera en reyes o en presidentes, pues es evidente que, aun instaurada la democracia, no hay un país en el que los partidos políticos no velen en mayor o menor medida por sus propios intereses.
Si todo esto se consiguiese, que no hubiese opresiones, que nadie fuese más poderoso que su vecino, en ese momento se podría hablar de una libertad completa, pues la libertad para unos pocos no es libertad.
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