El lugar de la justicia
Dentro de la gran gama de valores
humanos muchos han sido motivos de lucha y consecución de libertades. Sin
embargo, en este gran conjunto, del cual cada persona participa en mayor medida
de unos valores u otros, pocos hay que hayan movilizado a tantos individuos por
el hecho de compartirlos como la justicia. En toda revolución humana, en todo
movimiento social e incluso en nuestro diario, ha jugado y juega un papel
fundamental en las motivaciones ideológicas y en los incentivos que sopesamos
sobre cada acción a realizar.
Se mezcla este concepto de la
justicia con cada faceta imaginable de la vida, llegando a las complejidades
más extremas de la “justicia social”. Se pone nuestro valor en relación con
toda área de pensamiento. Esto es así porque el considerar algo justo, supone
un razonamiento dentro del marco de la legitimidad, en el sentido la equidad
del reparto según nuestros derechos.
Siendo la justicia un principio
moral fundamental del hombre y una virtud cardinal, que lo es, el estar sujeta
a o relacionada con otros conceptos éticos y aparecer durante toda la historia
y en cada persona, la convierten en una justicia que es global en su
definición. Sin embargo, esto es algo que se puede poner fácilmente en duda.
La justicia no resulta tan global al
ponerla en práctica. Existen siempre distintos puntos de vista al respecto de
que es más justo o el método correcto de la aplicación de justicia. La
aparición de estos y muchos otros matices afectan a nuestra virtud cardinal en
gran medida, cambiando su manera de ejecución, ya a nivel organizado, en
función de los códigos legislativos, propios a cada país. También varía la
valoración de que es justo, cambiando con ello el contenido de las leyes al
cruzar fronteras.
Aún así, resultan estas variaciones
entendibles, pues la justicia, como todo concepto abstracto que emana del hombre, resulta voluble, tanto como el mismo.
Además, el estar interrelacionada con tantos otros aspectos humanos la hace
amplia y amplía su interpretación. Por ello, al depender de un que puede serlo
todo y no es por tanto uno igual al otro, esta sujeta a muchas formas de
entender el mundo, a muchas ideologías. Entendiendo esto, no existe una
residencia precisamente fija para la justicia.
Hay aspectos
sin embargo, que escapan a tanta discordia en calificarlos justos. En los
puntos en los que tengamos todos la misma consideración, la justicia será de
interpretación única. Por tanto, no está de más concluir que la justicia reside
en el consenso.
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