domingo, 17 de junio de 2012

El lugar de la justicia


El  lugar de la justicia
            Dentro de la gran gama de valores humanos muchos han sido motivos de lucha y consecución de libertades. Sin embargo, en este gran conjunto, del cual cada persona participa en mayor medida de unos valores u otros, pocos hay que hayan movilizado a tantos individuos por el hecho de compartirlos como la justicia. En toda revolución humana, en todo movimiento social e incluso en nuestro diario, ha jugado y juega un papel fundamental en las motivaciones ideológicas y en los incentivos que sopesamos sobre cada acción a realizar.

            Se mezcla este concepto de la justicia con cada faceta imaginable de la vida, llegando a las complejidades más extremas de la “justicia social”. Se pone nuestro valor en relación con toda área de pensamiento. Esto es así porque el considerar algo justo, supone un razonamiento dentro del marco de la legitimidad, en el sentido la equidad del reparto según nuestros derechos.

            Siendo la justicia un principio moral fundamental del hombre y una virtud cardinal, que lo es, el estar sujeta a o relacionada con otros conceptos éticos y aparecer durante toda la historia y en cada persona, la convierten en una justicia que es global en su definición. Sin embargo, esto es algo que se puede poner fácilmente en duda.

            La justicia no resulta tan global al ponerla en práctica. Existen siempre distintos puntos de vista al respecto de que es más justo o el método correcto de la aplicación de justicia. La aparición de estos y muchos otros matices afectan a nuestra virtud cardinal en gran medida, cambiando su manera de ejecución, ya a nivel organizado, en función de los códigos legislativos, propios a cada país. También varía la valoración de que es justo, cambiando con ello el contenido de las leyes al cruzar fronteras.

            Aún así, resultan estas variaciones entendibles, pues la justicia, como todo concepto abstracto que emana del  hombre, resulta voluble, tanto como el mismo. Además, el estar interrelacionada con tantos otros aspectos humanos la hace amplia y amplía su interpretación. Por ello, al depender de un que puede serlo todo y no es por tanto uno igual al otro, esta sujeta a muchas formas de entender el mundo, a muchas ideologías. Entendiendo esto, no existe una residencia precisamente fija para la justicia.

 Hay aspectos sin embargo, que escapan a tanta discordia en calificarlos justos. En los puntos en los que tengamos todos la misma consideración, la justicia será de interpretación única. Por tanto, no está de más concluir que la justicia reside en el consenso.


                                                                    

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